
Se cerró el año de eliminatorias en Sudamérica, y Uruguay se despidió con un empate valioso en Brasil que lo encamina rumbo a la clasificación para el Mundial 2026.
En realidad, pensar que la Celeste tendría inconvenientes para estar en la cita de Estados Unidos, Canadá y México cuando Conmebol sumó un cupo directo más (seis clasifican y el séptimo va a repechaje) sería muy fatalista y alejado de la realidad. Pero también es cierto que en apenas 12 partidos jugados, terminando el año segundo en la tabla, Uruguay vivió en los últimos tiempos subido en una montaña rusa y no precisamente por lo futbolístico ni la tabla de posiciones.
Es que el clima que ha rodeado a la selección no es el mejor. La llegada de Marcelo Bielsa a la dirección técnica de la Celeste despertó expectativas, terminando una primera rueda con luces, ganándole a Argentina de visita y Brasil en casa, entre otros resultados.
Pero la Copa América, que fue catalogada como valiosa por el entrenador ya que tuvo tiempo para trabajar con los futbolistas, derivó en cosas impensadas.
Por un lado fue el origen de las sanciones de varios jugadores por defender a sus familiares en la tribuna tras el partido ante Colombia. Esto llevó a que las cosas se complicaran en la cancha en los siguientes partidos de eliminatorias, porque la realidad es que la selección no está plagada de estrellas como algún distraído puede pensar, y se hizo difícil sobrellevar la situación.
Aparecieron algunos resultados no esperados, y se sumó la tonta aparición de Suárez denunciando que a los jugadores no les gustaban algunos modos del entrenador. Eso sí: lo hizo luego de que decidiera dejar la selección porque Bielsa no le prometió citarlo en cada convocatoria hasta fin de año, y de que se tomara un partido clave como el jugado ante Paraguay (0-0) como su partido de despedida.
Así fue como unos cuantos decidieron comenzar a cuestionar al técnico, pero también al ciclo pese a que la tabla de posiciones nunca fue un caos. Tan burda fue la campaña realizada desde afuera, que hasta se dijo que la AUF ideó la aparición de Suárez para provocar la renuncia de Bielsa, porque no puede pagarle el sueldo.
Hoy, finalizado el año de eliminatorias, Uruguay está encaminado rumbo a la clasificación. Algo que no es raro teniendo en cuenta lo antes expuesto, pero la realidad es que se está por alcanzar el objetivo primario: estar en el Mundial.
Pero hay que mirar la realidad: Bielsa llegó para rearmar la selección uruguaya, para potenciar a los jugadores que tiene desde el comienzo en la mira. El objetivo pasa por rearmar, potenciar a Uruguay y llegar fuertes al Mundial.
Los dirigentes lo tienen claro desde el inicio: ese es el objetivo de Bielsa. Y para eso decidieron apostar a su llegada. El entrenador afirmó en su momento, previo a la firma de su contrato y cuando se estaba en conversaciones, que Uruguay tenía buenos jugadores (incluso dio nombres que no estaban en el radar de nadie) pero que había que armar el equipo y potenciarlo, confiando en que se puede ser protagonista en el Mundial.
Y en eso se está. La AUF no va a echar a Bielsa porque está cumpliendo con su trabajo (y si fuera la intención sería imposible pagarle todo el contrato), y los que conocen un poquito la trayectoria de Bielsa saben que no se va a ir.
Entre piedras que tiran interesados directos (porque no hay que ser ilusos y en esto también juegan los derechos de televisación) y el trabajo planificado con el Mundial 2026 como objetivo final, Uruguay sigue su proceso.
Y teniendo en cuenta los objetivos, hay que estar tranquilos. Tranquilos nosotros.