Uruguay se apronta para decir presente con 25 deportistas de nueve disciplinas en los Juegos Olímpicos de París 2024 y hay algunas razones para ilusionarse con buenos papeles.
Y la primera pregunta que se le viene a la mente a los lectores de esta web es la siguiente: ¿Puede Uruguay volver a conseguir una medalla olímpica? La respuesta del corazón es la misma que se desprende cuando la Celeste disputa una Copa América o Mundial de fútbol. Ahora, la respuesta de la razón es más complicada.
Para empezar, los medallistas olímpicos además del talento especial y espectacular que tienen para brillar en sus respectivas disciplinas, cuentan con un apoyo económico que en Uruguay no existe y no solo que no existe, sino que se está muy lejos.
No en vano, para este ciclo olímpico se aprobó un apoyo de 30 millones de pesos a atletas y entrenadores gracias al trabajo de la Fundación Deporte Uruguay que integran el Comité Olímpico Uruguayo y la Secretaría Nacional del Deporte. Eso marcó un antes y un después para muchos. ¿Alcanza? No. Pero está claro que es el camino y toda ayuda económica siempre será un gran aporte.
Por otro carril no muy diferente van las chances estrictamente deportivas y ahí, en la actualidad se podría decir que Hernán Umpierre y Fernando Diz en vela, Bruno Cetraro en remo y Los Teros Seven en rugby son los que nos pueden prender esa llama de la ilusión si de Diploma Olímpico o —batacazo mediante— podio se trata.
Tampoco hay que olvidarse ni dejar de lado a Emiliano Lasa —Diploma Olímpico en Río 2016—, a Santiago Catrofe que viene de ser récord sudamericano en los 5.000 metros de atletismo y a la sanducera Dolores Moreira, que con 25 años va por sus terceros Juegos Olímpicos y con el objetivo de hacer un gran papel en la clase ILCA6 de vela.
En otro escalón y más de retos personales que olímpicos podemos ubicar a María Pía Fernández, quien tendrá su más que merecida revancha en los 1.500 metros tras el sabor amargo de Tokio 2020, a Eric Fagúndez, quien devolverá al ciclismo uruguayo en la gran cita del deporte luego de Londres 2012, a María Sara Grippoli, la taekwondista de 19 años que hizo historia y se transformó en la primera mujer uruguaya en clasificar a los Juegos Olímpicos en un deporte de combate, a Miakel Aprahamian, quien va por su segunda cita olímpica en judo, y a Matías Otero, otro que hizo historia al clasificar al canotaje uruguayo por primera vez a los JJ.OO. ya que las anteriores dos oportunidades la Celeste había recibido una invitación.
Y también por logros personales competirán Nicole Frank y Leonardo Nolles en natación. Los uruguayos estarán en París 2024 gracias al cupo de universalidad y la gran meta es mejorar sus tiempos en los 200 metros combinados en el caso de Nicole, que posee el récord nacional, y en los 100 metros libres en el caso de Leo.
En definitiva, las chances de medallas para Uruguay lamentablemente son escasas y reducidas, pero si hay chances, hay esperanzas y, sobre todo, ilusión. Esa misma ilusión que tienen los 25 deportistas de la delegación la tiene el puñado de periodistas que acompañaremos cada una de esas pruebas para contarle al pueblo uruguayo el esfuerzo, la entrega, el sacrificio y el amor que todos y todas le ponen a su carrera para cumplir la primera meta: clasificar a los Juegos Olímpicos. Ahora irán por más en París 2024. ¡Hay que soñar!
Enrique Arrillaga, periodista de El País, especializado en «multideportivo»